La vivienda es una de las mayores inversiones que realizan las familias a lo largo de su vida. La compra de un nuevo hogar es siempre una decisión complicada que debe de meditarse muy bien. Un seguro de hogar es siempre una decisión acertada para proteger tu nueva vivienda.
Debido a su fuerte inversión, es importante tener asegurado tu hogar con diferentes garantías. Un robo, un incendio o una gotera, pueden causar grandes pérdidas de bienes muebles e inmuebles que, gracias al seguro del hogar, podremos cubrir. Además, el gasto económico de los diferentes siniestros que puedan ocasionarse es siempre mucho mayor para las personas que carecen de seguro.
Motivos para contratar un seguro de hogar
- Rapidez y eficacia ante cualquier siniestro: contratar una buena cobertura es una solución práctica y económica para resolver cualquier incidencia doméstica. De esta forma, ante una filtración de agua o cualquier otro siniestro, sólo debes comunicarlo a tu correduría y ellos se harán cargo de todo el trámite.
- Reconstrucción de la vivienda: una póliza que asegure tu hogar ante incendios o daños causados por fenómenos naturales es siempre una buena opción. En estos casos, el seguro garantiza la cobertura contratada de reparación o incluso la reconstrucción de parte o la totalidad de la vivienda.
- Protección jurídica: en caso de robo, daño o problema ocasionado con algún vecino, esta garantía del seguro de hogar permite cubrir los gastos que puedan derivarte de un conflicto jurídico.
- Cobertura de robos y del uso fraudulento de tarjetas de crédito: son dos de los delitos más comunes, por ello, el seguro del hogar también cuenta con una cobertura para protegerte de este posible problema.
- Protección de tu familia y mascotas: el seguro del hogar tiene una garantía de Responsabilidad Civil para protegerte a ti y a los tuyos en caso de ser responsables de daños materiales o personales a terceros. Por ejemplo, si se produce una filtración de agua desde tu domicilio y daña al vecino que se encuentra abajo, tu seguro responderá ante los daños propios y los causados al tercero.